4 de Abril 2004

Papallona!

Cuenta la leyenda que una joven mariposa de cuerpo frágil y alma sensible volaba a favor del viento cierta tarde, cuando vio una estrella muy brillante, se apasionó.

Volvió inmediatamente a casa, loca por contar a la madre que había descubierto lo que era el amor, pero la madre le dijo fríamente:
- Que bobada! Las estrellas no fueron hechas para que las mariposas puedan volar alrededor de ellas. Busca un poste o la luz de una farola y apasiónate por algo así; nosotras fuimos creadas para eso .

Decepcionada, la mariposa decidió simplemente ignorar el comentario de la madre y se permitió quedar de nuevo alegre con su descubrimiento y pensaba:
- ¡Que maravilla poder soñar! A la noche siguiente, la estrella continuaba en el mismo lugar, y ella decidió que subiría hasta el cielo, volar alrededor de aquella luz radiante y demostrar su amor.

Fue muy difícil ir más allá de la altura con la cual estaba acostumbrada, pero consiguió subir algunos metros por encima de su vuelo normal. Entendió que, si cada día progresaba un poquito, acabaría llegando a la estrella, entonces se armó de paciencia y comenzó a intentar vencer la distancia que la separaba de su amor.

Esperaba con ansiedad que la noche descendiese y, cuando veía los primeros rayos de la estrella, batía ansiosamente sus alas en dirección al firmamento. Su madre quedaba cada vez más furiosa y decía:
- ¡Estoy muy decepcionada contigo hija! Todas tus hermanas y primas ya tienen lindas quemaduras en las alas, provocadas por las farolas!
Deberías dejar de lado esos sueños inútiles y buscar un amor que puedas alcanzar.

La joven mariposa, irritada porque nadie respetaba lo que sentía, resolvió salir de casa. Pero, en el fondo, como, además, siempre acontece, quedó marcada por las palabras de su madre y vio que ella tenía razón. Durante algún tiempo, intentó olvidar la estrella, pero su corazón no conseguía olvidarla y después de ver que la vida sin su verdadero amor no tenía sentido, decidió retomar su caminata en dirección al cielo. Noche tras noche, intentaba volar lo más alto posible, pero, cuando llegaba la mañana, estaba con el cuerpo helado y el alma sumergida en la tristeza. Mientras, a medida que iba quedando más vieja, pasó a prestar atención a todo lo que veía a su alrededor. Allá, desde lo alto podía divisar las ciudades llenas de luces, donde probablemente sus primas y hermanas ya habían encontrado un amor, pero, al ver las montañas, los océanos y las nubes que mudaban de forma a cada minuto, la mariposa comenzó a amar cada vez más su estrella, porque era ella quien la empujaba para ver un mundo tan rico y tan lindo. Mucho tiempo después decidió volver a su casa y ahí supo por los vecinos que su madre, sus hermanas y primas habían muerto quemadas en las farolas y en las llamas de las velas, destruidas por el amor que creían fácil. La mariposa, aunque jamás consiguió llegar a su estrella, vivió muchos años aún, descubriendo que, a veces, los amores difíciles e imposibles traen muchas más alegrías y beneficios que aquellos amores fáciles y que están al alcance de nuestras manos.

Con esta leyenda aprendemos dos cosas:
Valorar el amor y luchar por nuestros sueños, porque sabemos que son sus realizaciones lo que nos hace felices y recordemos "el mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar, y correr el riesgo de vivir sus sueños". (autor desconocido)

Escrit per Zaka a les 4 de Abril 2004 a las 01:06 AM | TrackBack
Comentaris
Escriure un comentari









¿Recordar informació personal?